Por supuesto, lo que comes debe saber bien y girar en torno a tus papilas gustativas. Pero no olvides que tu estómago también necesita mimos. Todo lo que consumes termina en tus intestinos, y hay una gran diferencia en cómo el sistema intestinal digiere diferentes alimentos. Si eliges darle a tu estómago lo que más le gusta, serás recompensado con una buena sensación en el estómago y el cuerpo. Vamos a sumergirnos en lo que hace felices a tus intestinos, y por lo tanto, a ti también.
¡Oh, deliciosa fibra, tus intestinos están felices con eso! La fibra de los granos enteros, verduras y frutas se hincha en los intestinos y se convierte en quimo, que fluye a través de los intestinos y estira la pared intestinal. Este proceso hace que los músculos intestinales se muevan y transporten la masa similar a una papilla más adelante. Mientras tanto, las buenas bacterias intestinales en el colon ya están jubilosas. Para ellas, la fibra es lo que más las hace felices, y por lo tanto, te hace sentir bien. La fibra, por cierto, también absorbe sustancias nocivas en el intestino y las elimina nuevamente. ¿Bastante ingenioso, verdad?
Hay mucha buena fibra en las verduras y frutas. Las frutas y verduras no solo tienen hermosos colores, sino que también te proporcionan vitaminas importantes y valiosas sustancias vegetales. Idealmente, deberías comer tres porciones de verduras y dos porciones de frutas al día. Si esto no es posible, intenta comer frutas y verduras tan a menudo como puedas: un poco es mejor que nada.
¿Necesitas más fibra? Entonces cualquier cosa hecha de cereales es una buena opción. Ya sea como pan, muesli, pasta o similar. Si quieres mimar tus intestinos extra, sería prudente elegir la versión integral. No solo contiene más fibra, sino también muchos nutrientes valiosos que a todo tu cuerpo le encantarán. Además, los granos integrales pueden mantenerte lleno por más tiempo, lo que te hará menos propenso a picar durante el día. Ingenioso, ¿verdad?
Si quieres hacer realmente felices a tus intestinos, tenemos un super consejo: A tus intestinos les encantan las bacterias, especialmente las bacterias del ácido láctico, porque ayudan al estómago a trabajar. Puedes encontrar estas bacterias en muchos productos lácteos, como el yogur. Los probióticos proporcionan cantidades particularmente grandes de los pequeños héroes bacterianos que ayudan a mantener los intestinos en movimiento. ¡Un verdadero festín para tu estómago! También hay muchas bacterias beneficiosas en otros alimentos fermentados, como el chucrut o el kéfir, que benefician al intestino y su comunidad bacteriana. La fermentación no solo hace que los alimentos duren más, sino que también aumenta la cantidad de bacterias beneficiosas.
Tu tracto gastrointestinal no es amigo de los alimentos pesados con un alto contenido de grasa. La carne, las salchichas, los alimentos fritos y la comida rápida con un alto contenido de grasa son pesados para el estómago y ponen la digestión en horas extras, y puedes intentar comer comidas ligeras y regulares. Sin embargo, esto no significa que debas evitar completamente la grasa. Tu cuerpo y tus intestinos son fanáticos de las buenas grasas. Prefieren el pescado graso de aguas frías (por ejemplo, arenque, caballa y salmón) y los aceites vegetales (por ejemplo, aceite de colza). Estos alimentos contienen muchos ácidos grasos omega-3, que se consideran antiinflamatorios. Tu cuerpo no puede producir los buenos ácidos grasos por sí solo, así que recuerda ayudarlo a través de la dieta. Rápidamente notarás que vale la pena.